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Lo bueno viene en frasco pequeño

Los
pesos gallo se han convertido en una de las principales atracciones del UFC
luego de la fusión con la WEC
(World Extreme Cagefighting)

Esta división tiene todos los condimentos para
convertirse en el plato principal en cada uno de los eventos de la organización
líder de las artes marciales mixtas a nivel mundial. Hace tan sólo algunos
años, Japón tenía a los mejores exponentes en esta categoría aunque poco a poco
fue perdiendo la hegemonía con el auge de los guerreros latinos de la WEC. Dominick Cruz,
Miguel Angel Torres, Joseph Benavidez, Charlie Valencia,
Antonio Banuelos e Iván Menjivar son tan sólo algunos nombres de
los latinos que resuenan en esta división. 

Estos
pequeños atletas de tan solo 135lbs (61kg) demuestran en cada una de sus
presentaciones que el octágono no les queda grande. A lo largo de estos años
hemos sido testigo de verdaderas epopeyas de estos guerreros que derramaron su
sangre en épicas batallas dentro de la jaula de la WEC. Algunas de ellas
quedarán grabadas en la retina de todos los fanáticos de las artes marciales
mixtas. 

Quién
podrá olvidar el enfrentamiento entre el entonces campeón de la WEC, Miguel Ángel Torres
y el retador japonés Takeya Mizugaki en lo que fue una de las mejores
peleas del año 2009. Torres logró retener su título a duras penas con coraje y
rudeza tras cinco rounds de acción ininterrumpida. La técnica y condición
física del mexicano pudo más que la potencia del nipón. Un corte en la parte
superior de la ceja izquierda del de Michoacán, que motivó la entrada del
médico, no detuvo al corajudo campeón que recibió su cinturón negro en valor

Otro
de los choques memorables de los pesos gallo fue el protagonizado por el actual
monarca de la categoría Dominick Cruz y el de Charleston, West Virginia, Brian Bowles.
Este último tuvo la desgracia de quebrar su mano derecha en los primeros
segundos del primer asalto, y aún así, continuó peleando hasta el campanazo
final del segundo round. 

Este
sábado se escribirá el primer capítulo de la historia de los pesos gallo en el
UFC cuando se enfrenten el actual campeón de la categoría, Dominick Cruz y el
“Chico Californiano” Urijah Faber. Qué
podemos decir de éste último que no se haya dicho aún. Faber ha sido el luchador
emblema de la World Extreme
Cagefighting (WEC) durante años. Su equipo “Alpha Male” (Macho Alfa) es uno de
los más reconocidos en la actualidad y cuna de talentosos artistas marciales.
Dentro de la plantilla de este equipo figuran luchadores como Chad Mendes o Joseph Benavides. Hay una
frase popular que dice que “el hierro con hierro se afila” y esto es
precisamente lo que ha conseguido Urijah Faber con su equipo de trabajo.

Dominick
Cruz, posee un impresionante récord de diecisiete peleas ganadas con tan sólo
un revés. Paradójicamente, su única caída ha sido en el WEC 26 frente al
mismísimo Urijah Faber. En aquella oportunidad ambos luchadores disputaron el
cetro de las 145lbs. Dominick tenía sólo veintiún años y diez peleas como
profesional cuando enfrentó al experimentado Faber, quién logró finalizar el
combate con su marca patentada: la guillotina.
Han pasado más de cuatro años desde aquel duelo y Cruz ha madurado y
evolucionado en todas las facetas del deporte:

“Cuando
enfrenté a Faber la primera vez, me venció con justicia. Fue mejor que yo esa
noche. Pero ya han pasado varios años. Sé que soy un luchador completamente
distinto al de aquel encuentro. Mis habilidades en el suelo, mi lucha y boxeo
han mejorado. Tengo más armas en este momento. Sé que estoy en otro nivel”
expresó Cruz.

Cuando
Cruz enfrentó a Faber en marzo del 2007, no entrenaba a tiempo completo ya que
debía cumplir con sus obligaciones laborales de jornada completa. Su enfoque no
estaba ciento por ciento en el deporte.

Faber,
por otro lado, cuenta con la experiencia de haber salido airoso de varias
batallas dentro de la jaula. Las guerras a cinco rounds son moneda corriente
para este veterano que ha tenido una transición exitosa del peso pluma a las
135lbs, ganando sus últimos dos combates en ese peso. El “Chico Californiano”
está acostumbrado a la exposición mediática y a las grandes marquesinas por eso
no cree que la trascendencia del
evento lo pueda llegar a abrumar:

“Estoy
ansioso por entrar en la jaula y terminar el trabajo. Para mí la WEC siempre fue el UFC de los
pesos livianos. La única diferencia será que usaré unos guantes de color negro
y tendré más espacio para desplazarme en el octágono”.

Cuando
surge la pregunta sobre quién es el luchador más completo de los dos, Urijah no duda en responder:

“Él
es un luchador completo pero no tan completo como yo. Él es bueno en la lucha y
en el jiujitsu. Yo soy muy bueno en ambas disciplinas y además tengo un gran
boxing.”

La
pelea estelar del sábado por la noche es de pronóstico reservado. No se puede
dilucidar un claro favorito cuando el talento está repartido de forma
equitativa. Lo que sí sabemos es que será un combate muy técnico. Cruz ha ganado la mayoría de sus combates por nocaut
técnico o decisión. Sus manos son veloces y sus desplazamientos ligeros y
eficaces. Para ganar, deberá neutralizar la lucha de su oponente que
seguramente tratará de llevarlo al suelo o encerrarlo contra las rejas,
utilizando el boxeo sucio.

Faber
tratará de sacar provecho de su fortaleza física, llevando a su rival a aguas
profundas con sus derribos y su ritmo vertiginoso de combate. El factor
psicológico está de su lado ya que es conciente que puede ganar como lo hizo
anteriormente. Será cuestión de esperar hasta el sábado por la noche cuando
todas las incógnitas sean develadas dentro del octágono más famoso del mundo.