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Desde el octágono: Diego Sánchez, olviden a la pesadilla

 

Cuando dio sus primeros pasos en UFC y triunfó en la primera
temporada de The Ultimate Fighter, todos conocían a este muchacho bajo su apodo
“La pesadilla”. Hoy, a casi 6 años de aquel hecho, Diego Sánchez pide que no lo
llamen más así, dice que maduró y que ahora su apodo deberá ser “El sueño”.

La posibilidad de mostrarse con su nuevo apodo la tendrá este jueves
cuando se enfrente al danés Martin Kampmann en la pelea estelar del UFC en
Versus 3. Ambos necesitan del triunfo para acercarse a una oportunidad por el
cinturón de los pesos welter y Diego sabe qué es lo que tiene que hacer para
salir con su brazo en alto.

 

“Martin es un peleador muy completo. Es muy bueno intercambiando
golpes y también lo es en el suelo, es un peleador de la elite. Tendré que
cuidarme si busco derribarlo porque sus guillotinas son muy buenas. Estoy muy
emocionado de pelear con alguien que estuvo tan cerca del título hace sólo una
pelea, es un gran paso en mi carrera”, comenta el peleador de 29 años.

 

Con un registro como profesional de 24 triunfos y tan solo 4 derrotas
(todas ellas en UFC) ha pasado por la división de los medios, la de los welter
y también la de los livianos. Esta última es en la única que peleó por el
cinturón, pero cayó por nocaut técnico en el quinto asalto ante BJ Penn.

 

“Esa pelea contra BJ me generó grandes problemas. Nunca me había
sentido tan superado como esa noche, perdí por un corte después de tolerar
mucho castigo. Creo que en ese momento toqué fondo. Desperdicié todo el dinero
que tenía, tomé decisiones muy malas y también me endeudé. Nunca me había
sentido peor, necesitaba a mi familia y a mis amigos. Me sentía humillado y por
eso necesitaba empezar de cero”, reconoce Sánchez.

 

Tras esa derrota llegó otra aún más dura ante el joven invicto inglés
John Hathaway que hizo peligrar su estadía dentro del octágono.

 

“Deportivamente hablando ese día fue aún peor. Mi preparación fue
pésima, pero por mi culpa. Estaba entrenando y después me iba a tomar cerveza
con gente conocida. No lo tomé seriamente como debía. Pensé que iba a ir, lo
noqueaba o lo derribaba y le ganaba con mi golpeo al ras de la lona, pero en la
primera vuelta me conectó un rodillazo perfecto. Desde ese momento ya no supe
más que hacer”, recuerda afectado.

 

Ahora, desde su regreso al campamento de entrenamiento de Greg
Jackson, es un peleador nuevo y quiere borrar varias cosas de su pasado. Entre
ellas su apodo.

 

“Veo muchas cosas negativas en ‘La pesadilla’, es algo que no le
gusta a nadie, ni siquiera a mí. Es una especie de maldad que no quiero
representar. Quiero ser algo positivo y quiero representar otras cosas como la
voluntad de Dios. Mi propia pesadilla era yo, ahora soy otra cosa. Simplemente
quiero ser Diego Sánchez y, si es posible, que me digan que soy ‘el sueño’ todo
lo contrario a lo que era”, concluye.

 

Seguramente este jueves estaremos frente a un nuevo Diego Sánchez,
uno que sabe lo que quiere y que no se detendrá con tal de lograrlo.