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Fabio Maldonado, un auténtico guerrero.

El brasileño Fabio Maldonado regresa al octágono en el UFC 179 el 25 de octubre de 2014 en Rio de Janeiro, Brasil. Con un récord en el UFC de 4-4, ¿qué es lo que ha hecho Maldonado para seguir siendo interesante para los fanáticos?

Fabio Maldonado no luce como la mayoría de los peleadores del UFC: un cuerpo esculpido y musculoso, un pecho prominente que le hace sombra a un abdomen que presume cuatro, seis, u ocho cuadros señalando un porcentaje de grasa bajo y una preparación física adecuada para un encuentro de artes marciales mixtas de tres o cinco rounds. Sus brazos tampoco deslumbran las fibras musculares en cada golpe y en cada agarre en los enganches. Sin embargo, no cabe duda que Fabio Maldonado es un auténtico peleador, un guerrero que hace frente a la batalla y que no duda en el intercambio.

Maldonado pasó por una carrera como boxeador donde consiguió un récord de 22-0, incluyendo 21 nocauts de sus 22 victorias. Le agregamos a su currículum casi 30 peleas en más de catorce años como peleador profesional de MMA, una cinta café en jiu-jitsu brasileño, y menos cabrá duda de que Maldonado (21-7), no sólo es un verdadero peleador, sino una verdadera amenaza para cualquier contrincante.

Maldonado llegó al UFC hace cuatro años con una victoria sobre James McSweeney por nocaut técnico. Caería consecutivamente en sus próximas tres salidas al octágono, poniendo en duda su permanencia en la promotora, pero incluso en la tercera de su racha negativa, Maldonado se lució.

El brasileño enfrentó al duro peleador y actual número cuatro en el ranking de peso semicompleto, Glover Teixeira, como reemplazo de Quinton Jackson en el UFC 153. Aunque el desarrollo de la pela sucedió tal como se esperaba—Teixeira dominando y castigando—Maldonado mostró un corazón inquebrantable, un rechazo permanente a darse por vencido, y la determinación de seguir en la batalla. Se llevó la ovación del público, los televidentes, y los halagos del propio Teixeira.

De ahí, Maldonado se enfiló con tres victorias consecutivas, resultados que además dejaron buen sabor de boca en los seguidores al ver cómo triunfaba un peleador de tal naturaleza. En el pasado mes de mayo, de nuevo Maldonado alzó la mano cuando el UFC buscó un reemplazo de último momento, sustituyó a Junior dos Santos, aceptó una pelea como peso completo, y enfrentó al número cinco de esa división: Stipe Miocic. De nuevo el resultado no fue bueno, y perdió Maldonado por nocaut técnico en menos de un minuto.

No obstante, cuando la batalla hace llamado, Maldonado muestra una y otra vez estar listo con respuesta. Su actitud y entrega son admirables entre los mismo peleadores y entre los fanáticos. Maldonado se ha ganado el respeto completo a pulso, y cualquier seguidor casual o de hueso colorado de MMA no desea otra cosa más que un recompensa justa para un peleador como él: triunfo y éxito.

Muchos pensarían que un peleador de 34 años de edad que no aparece ni cercano a la lista del ranking, que pasó por una racha de tres derrotas y tiene un récord general de 4-4 ya estaría fuera de una promotora que presume los mejores peleadores del mundo. Sin embargo, el UFC también recompensa a los auténticos guerreros como Maldonado, y tiene una cita próxima en el octágono. El UFC 179 tendrá a Maldonado de vuelta frente a su público brasileño cuando éste enfrente al holandés Hans Stringer. No hay duda de que Maldonado se presente listo.

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