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Josh Thomson aceptando pelea con Benson Henderson: ¿Riesgo o Ganancia?

Josh Thomson aceptó enfrentar al ex campeón de peso ligero del UFC, Benson Henderson, en la pelea estelar de UFC en Fox 10 el 25 de enero, a pesar de tener en puerta una pelea de campeonato contra Anthony Pettis. ¿La decisión le ayudará a Thomson dar otro salto más en su carrera o podría perjudicar su camino hacia el cinturón?

La pelea entre Thomson y Pettis se había programado para mediados de diciembre del año pasado, pero el actual campeón de peso ligero del UFC tuvo que cancelar su primera defensa debido a una lesión, que lo estaría dejando fuera del octágono durante varios meses.

Curiosamente, Thomson entró como retador al título después de que una recuperación tardía inhabilitó a TJ Grant de regresar a tiempo para enfrentar a Pettis por el campeonato. Ahora con el intercambio de contrincantes, Thomson decidió tomar al nuevo reto a pesar de que una posible derrota podría retrasar otro intento por el cinturón.

En la sesión de preguntas y respuestas en la ceremonia del pesaje del UFC en Fox 9, Thomson admitió contemplar la situación “dos segundos”, pues considerando que su última pelea (un nocaut sobre Nate Diaz) se realizó en abril, “uno quiere asegurar que los fanáticos siempre te mantengan fresco en sus mentes”.

Con un régimen de entrenamiento de un peleador profesional de artes marciales mixtas (MMA por sus siglas en inglés), las lesiones son frecuentes, y con ellas, las modificaciones de las carteleras. Los peleadores, entonces, podrán encontrarse frente al dilema: ¿Aceptar una pelea o esperar su turno?

Los riesgos de no esperar una pelea correspondiente por el título es obvio, pues una derrota ante otro contendiente simplemente regresa al peleador unos lugares de la fila. No obstante, derrotar al contrincante asignado también fortalece su posición dentro del ranking; y como mencionó Thomson, es importante mantenerse activos, y frescos en la memoria de los seguidores del deporte, al igual que los ejecutivos de éste.

Para algunos, tomar una pelea de último momento puede significar una oportunidad de oro. De manera reciente, Ryan LaFlare mantuvo su invicto a pesar de aceptar una pelea contra el ganador de TUF 11 Court McGee en un combate de peso wélter en el UFC en Fox: Johnson vs Benavidez 2. La victoria le valió más reconocimiento ante los fans, ya que había derrotado al argentino Santiago Ponzinibbio tan sólo cinco semanas antes. En la misma cartelera, Zach Makovsky recibió la propuesta de subir al octágono ante Scott Jorgensen apenas diez días antes del evento. Makovsky lo consideró una oportunidad y terminó con una decisión unánime a su favor.

Para otros, aceptar un nuevo contrincante es un riesgo mayor. Uno de los casos más resonados fue cuando el campeón actual de peso semicompleto del UFC, Jon Jones, se vio ante este dilema para el evento del UFC 151, cuando una lesión dejó al retador Dan Henderson fuera. A ocho días del evento, Chael Sonnen aceptó la pelea contra Jones, pero el campeón consideró el propuesto combate desfavorable debido a su preparación; y al final, por primera vez en la historia del UFC, un evento entero se canceló.

Otros peleadores han mostrado la virtud de la paciencia. Fabricio Werdum ha expresado su interés de mantenerse inactivo hasta su oportunidad de pelear por el título de peso completo del UFC que actualmente tiene en su posesión Cain Velasquez.

De igual manera, Ricardo Lamas decidió esperar su turno después de victorias contundentes, y aunque estaría entrando al octágono después de más de un año de espera, fue gratificado con una pelea de campeonato y se presentará como el próximo retador de José Aldo, el campeón de peso pluma del UFC, en la pelea coestelar del UFC 169 el 1 de febrero en Newark, New Jersey.

Tanto aceptar una pelea ante un nuevo contrincante, como aceptar una pelea con poca anticipación es un dilema que sin duda seguirá presente para los peleadores de MMA, pero ¿es un riesgo demasiado grande o una oportunidad que no se puede rechazar?