El próximo 31 de mayo, el veterano Mark Muñoz (13-4) se enfrenta a Gegard Mousasi (34-4-2) en la pelea principal del UFC Fight Night Berlín, cerrando un mes de mucha acción en el UFC y buscando dar un paso hacia adelante en su carrera de altas y bajas.
Mark, el ¨Filipino Wrecking Machine¨ ha sido un gran prospecto, candidato a la corona mediana, desilusión y más, todo junto, en su carrera en las MMA. Sus condiciones para pelear son excepcionales, empezando por su lucha olímpica, base de todo en su carrera, sumado a una mano derecha que ha dejado a más de uno tirado en el octágono.
Su problema ha sido la irregularidad. Primero peleaba en peso semipesado y ganaba y perdía, sin establecerse entre los mejores. Después bajó a la división pesada, donde estuvo cerca, muy cerca, de disputarle el título al entonces campeón, Anderson Silva. Sin embargo, el actual campeón, Chris Weidman, lo noqueó brutalmente en julio del 2012 y esas esperanzas de corona se fueron abajo.
Un triunfo sobre Tim Boetsch volvió a inflar las esperanzas, pero un nocaut sufrido ante Lyoto Machida en octubre el año pasado volvió a detener cualquier posibilidad de acercarse a la cima de las 185.
La pregunta que nos hacemos es, ¿si tiene todas las condiciones, que le pasa a él que no acaba de establecerse para recibir su oportunidad titular?
Vamos por partes, empezando por el guerrero que venció a Demian Maia, Tim Boetsch y Chris Leben, antes de cualquier otra cosa. Ese Muñoz era un peleador completo, que tenía su lucha como parte integral a sus poderosas manos, sobre todo el volado de derecha que tanto daño ha hecho dentro de la jaula. Ese era el guerrero que se acercó a la cima.
El otro, el que cayó ante Weidman y Machida, no era ni la sombra del anterior. Este último era un peleador tentativo, nervioso, descuidado y que solo buscaba el golpe de suerte con su mano derecha. Y ante rivales de esta categoría, eso no funciona.
Entonces, ¿qué necesita Muñoz para vencer a lo mejor de la división?
Aunque parezca repetitivo y cansón, lo que él necesita es volver a ser la amenaza arriba y abajo. Regresar a ser el hombre que te puede llevar a la lona para castigarte y que, además, siempre tiene la amenaza latente de conectar con una mano derecha que es muy poderosa. Ese peleador es de los mejores cuando sube con todas esas facultades al octágono. Si Mark puede rescatar a ese guerrero, entonces él tiene muchas posibilidades de acercarse de nuevo a la cima de las 185 libras.
Tampoco debemos olvidar la parte mental. Ha habido veces en que ha dado la impresión que Muñoz no ha estado concentrado al 100 por ciento en sus peleas (Machida, por ejemplo) y eso se paga muy caro en la jaula. Sencillamente, se paga terminando tirado y dormido en la jaula.
Ante Mousasi, el reto no es ni de cerca pequeño. De hecho, todo lo contrario. Este puede ser su punto de partida para su camino de regreso. O puede ser el comienzo del espiral hacia abajo. Así de simple.
Las respuestas las tendremos el 31 de mayo en la capital alemana, Berlín.
Ahí nos vemos.
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