Diego “Pesadilla” Sánchez buscará este sábado cambiar la imagen mostrada en sus últimas dos apariciones dentro del octágono y demostrarle a los más escépticos que puede ser contendiente en la categoría de los welter. Dana White, presidente del UFC, fue uno de los más críticos a la hora de evaluar sus posibilidades en la categoría welter:<?xml:namespace prefix = o ns = "urn:schemas-microsoft-com:office:office" />
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“No creo que Diego pertenezca a la división de las 170lbs. Se lo vio letárgico, lento y pesado. Es un tipo duro. Yo no soy su manager, pero creo que debería quedarse en la división de las 155lbs. Una derrota frente a BJ Penn no significa que debes cambiar de categoría. Creo que es más fácil para él dar con el peso de esa categoría. Diego no se ve bien en la categoría de las 170lbs”.
Para preparar su próxima pelea contra el brasileño Paulo Thiago, Diego volvió nuevamente al gimnasio de su antiguo mentor, Greg Jackson, cuyo vínculo finalizó en 2007 cuando Sánchez decidió abandonar al equipo con la llegada de George St. Pierre, posible contendiente en aquel momento. Jackson no guarda ningún rencor hacia su pupilo abriéndole nuevamente las puertas de su equipo:
“Diego ha sido siempre miembro de nuestro equipo. Lo queremos mucho y el también nos aprecia a nosotros. Todos le deseamos mucha suerte en su próxima pelea.”
Diego Sánchez logró notoriedad en la UFC al ganar la primera temporada del reality show “The Ultimate Fighter” enfrentando en la final a Kenny Florian. Con el contrato de seis cifras en su poder, Diego disfrutó de una racha positiva de victorias sobre rivales de renombre como Nick Díaz, Karo Parisyan o Joe Riggs.
Diego Sánchez es un personaje no convencional dentro del mundo de las artes marciales mixtas. Practicante de yoga y devoto seguidor del gurú Tony Robbins, Sánchez suele ser catalogado como “extraño” por algunas personas de su entorno. Sus sesiones de meditación bajo la lluvia o en el océano, y la repetición hasta el hartazgo de la palabra ¨Sí¨ en su camino al octágono lo han hecho famoso. Lo que no se puede negar es que Diego se toma muy en serio la preparación mental a la hora de encarar un desafío.
Paulo Thiago será quien intente prolongar su racha negativa a tres derrotas consecutivas. Thiago entrena en el equipo Black House, junto a otros brasileños como Antonio Rodrigo Nogueira, Anderson Silva, Lyoto Machida o Junior dos Santos. Rodeado de talento, Thiago está predestinado a desarrollar sus potencialidades y seguir por el camino del éxito que inició allá por febrero del 2009 cuando noqueó a Josh Koshcheck con un impresionante uppercut en el primer round. En Brasil, Thiago es miembro del Batallón de Operaciones Especiales (BOPE) luchado contra los cárteles de la droga en escenarios de extrema peligrosidad. Su rival de turno también será de extremo riesgo por lo será interesante ver la estrategia que despliega en el octágono. Thiago posee la ventaja en la potencia y letalidad de sus golpes y, por ser cinturón negro en jiu jitsu, entrenando con los hermanos Nogueira, suponemos que tendrá también la ventaja en la lona. Sánchez podrá sacar dividendos si logra utilizar sus habilidades en la lucha, mezclando los derribos con el boxeo sucio. Pronóstico impredecible para este combate tan parejo.