Este sábado, en Baltimore, tenemos el UFC 172, con pelea de campeonato semipesado entre Jon Jones y Glover Teixeira y también nos encontramos con un combate muy interesante entre Luke Rockhold y Tim "The Barbarian" Boestch, dos de los mejores en peso mediano en todo el UFC.
Lo primero que salta a la vista cuando analizamos la pelea es el poder de puños que ambos poseen, los cuales han dejado en el camino a muchos rivales.
Rockhold (11-2) fue campeón mediano en Strikeforce, pero cuando pudo dar el paso a una oportunidad titular en el UFC, Vitor Belfort lo noqueó en Brasil en mayo del año pasado. Es por eso que tras su triunfo por nocaut sobre Costas Phlippou en enero pasado, su camino de regreso a la cima daría un gran salto venciendo a su oponente la noche del 26 de abril.
De sus once victorias, cuatro han sido por nocaut y cinco por sumisión, lo que demuestra que está preparado para cualquier circunstancia que se le presente durante el combate y sí que necesita de todo esto para derrotar a un Boetsch que, hace algunos meses, estaba cerca de la cima en las 185 libras, pero dos derrotas seguidas (con Philippou y Mark Muñoz) lo alejaron del sueño de cada peleador, ser el campeón, o al menos, tener la oportunidad de pelear por el cinturón.
Algo que siempre ha caracterizado a Tim es su fortaleza física, de hecho peleó por un tiempo en la división semipesada, y, repito, unas manos que cuando golpean, estremecen y noquean. Nada de secretos aquí. De hecho, nueve de sus victorias han sido por nocauts, varias de ellas estando abajo en las tarjetas de los jueces.
Ante nosotros, tenemos a dos guerreros que salen a buscar la pelea, que no rehúyen el enfrentamiento y que siempre tratar de terminar antes de tiempo. Estas características nos deben entregar una pelea de mucha acción, sin que necesariamente busquen ir a la lona, a no ser por su golpean, tumbando al oponente.
A eso, le podemos agregar que ambos guerreros buscan recuperar el camino a la corona mediana y mantenerse relevante en las 185 libras. Es cierto que Rockhold está más arriba en el ranking, pero también es cierto que un triunfo de Boetsch lo catapultaría al grupo de los diez mejores de esta división. Y una vez que estás ahí, esa oportunidad titular siempre está presente.
No veo, al menos a primera vista, que ninguno de los dos vaya a querer buscar la pelea abajo. Lo que sí veo es que ambos traten de imponer su ofensiva a toda costa. También veo a un Rockhold más completo que su oponente, en su precisión, rapidez, defensa, uso de piernas y en la lucha.
Pero en este deporte, nunca nada está escrito hasta que se acabe la acción. Mucho menos cuando enfrente está ¨The Barbarian¨ Tim Boestch. Con él siempre hay una oportunidad hasta que suene el campanazo final.
Y esa es una de las tantas razones para disfrutar de este combate, donde, repito, sobresale sobre todas las cosas, el poder de puños de ambos gladiadores.
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