El striker iraní y un compromiso inquebrantable con un orfanato en Haití.
Más de 30 niños posan felices en una foto, pero la sonrisa más ancha del grupo es la de un peleador de UFC, sentado un escalón por debajo de los demás: la de Beneil Dariush, el iraní que aprovecha su momento deportivo para estrechar lazos y ayudar a la comunidad haitiana.
El luchador de origen iraní aprovechó su impactante actualidad, con cinco victorias al hilo y dos nocauts de ensueño para avanzar con un proyecto ambicioso: impulsar un orfanato construido y puesto en marcha en mayo de este año en Cabo Haitiano, un territorio azotado por la pobreza y por los desastres naturales.
Dariush visitó el país centroamericano hace 5 años. Sintió tal conexión con las carencias y la humildad de los haitianos que decidió comprometerse y hacerse cargo de cambiar la realidad de cientos de jóvenes. Su implicancia en el proyecto que apadrina es absoluta: supervisa los avances de infraestructura y se encarga de la logística, enviando cargamentos con productos desde Estados Unidos para proveer a los más de 30 niños que comen y se educan en sus instalaciones.
“De a poco estamos creciendo. Ya construimos el orfanato y una escuela. Seguiremos hasta tener un buen complejo para los niños y un buen ecosistema en donde puedan crecer sanos. Hay futuro para ellos” sostiene Benny.
La foto con los jóvenes podría resumir tranquilamente el 2020 de Dariush: un año de sonrisas y realizaciones tanto arriba como abajo del Octágono.
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