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Desde el octágono - Dustin Hazelett, un maestro del Jiu Jitsu

Por Emiliano Cándido - Con sólo 23 años haber ingresado al octágono 7 veces ya es todo un logro. Y si en esas entradas se consiguen 5 victorias es aún más sorprendente. Tener experiencia en UFC a tan corta edad puede ser un punto a favor en la carrera de cualquiera. Y lo es en la de este mago de las sumisiones, Dustin Hazelett.

 

Dustin Hazelett, un maestro del Jiu Jitsu

Por Emiliano Cándido

Con sólo 23 años haber ingresado al octágono 7 veces ya es todo un logro. Y si en esas entradas se consiguen 5 victorias es aún más sorprendente. Tener experiencia en UFC a tan corta edad puede ser un punto a favor en la carrera de cualquiera. Y lo es en la de este mago de las sumisiones, Dustin Hazelett.

Si bien su comienzo en la empresa de Dana White le fue esquivo (perdió por sumisión contra Tony de Souza) un punto le jugo claramente a favor. Él no era el rival original del brasileño, ingreso a ese combate por una lesión y con muy poco tiempo de entrenamiento.

Al aprender de esa experiencia se preparó tan bien como pudo y le llegó su segunda oportunidad en el UFC 67. Hizo una de las mejores peleas de su carrera para despachar luego de tres muy peleados asaltos a Diego Saraiva por decisión unánime.

Otros dos triunfos, en este caso por sumisión, lo comenzaban a mostrar como un competidor muy versátil en el piso y le llegó su gran oportunidad. Pelear ante alguien que había estado muy cerca del título de los pesos welter: Josh Koscheck.

Todos daban por seguro que Koscheck se llevaría el combate con facilidad, pero rápidamente se dieron cuenta que no sería así. Un Hazelett impresionante elevó al máximo sus posibilidades y le dio una dura batalla al favorito. Si bien terminó con el resultado esperado y un nocaut técnico asombroso, Dustin había pasado con creces esa prueba de fuego.

Luego de esa derrota consiguió otras dos victorias, con el premio a la mejor sumisión de la noche incluido, ya que aplicó dos llaves de brazo de manual ante Josh Burkman y Tamdan McCrory.

Este sábado, tras un año de ausencia por una lesión en su rodilla, volverá a UFC para verse las caras con el siempre complicado armenio Karo Parisyan, quien ha sido uno de los mejores peleadores en las 170 lbs. por mucho tiempo.

“Estoy muy emocionado de tener la oportunidad de pelear frente a Parisyan. Es un oponente muy duro, conocido por sus habilidades en grappling y en judo. Nunca fue sometido y sólo Thiago Alves pudo finalizarlo, y la detención fue dudosa. Creo que es una estupenda pelea para mirar, pero también para formar parte de ella”, dice Hazelett destacando las habilidades de su rival.

Algo que le puede jugar en contra es haberse lesionado justo en uno de los mejores momentos de su carrera. En la previa a su combate en UFC 96 contra Ben Saunders se torció la rodilla, lo que provocó la rotura del ligamento cruzado. A pesar de eso se siente confiado en que ese ya no será un problema.

“Me siento genial. La rehabilitación fue mucho mejor y más rápida de lo que yo pensaba, nunca me imaginé peleando este año. Mi rodilla está en excelentes condiciones y no podía haber pedido una cirugía ni un tratamiento posterior mejor del que tuve”, comenta.

Pero tampoco se olvida de los doctores que lo ayudaron a sobrellevar una lesión tan peligrosa: “estoy muy agradecido con los médicos que me ayudaron a salir adelante, así como también a todos los que me apoyaron”, reconoce con entusiasmo

Si bien tiene un gran alcance para la división y sus piernas largas lo ayudan a concretar sumisiones impensadas para la categoría, comenta que ha cometido varios fallos cuando el combate se desarrolla en su mejor terreno y eso no tendrá que volver a sucederle.

“Necesito mejorar en todos lados, pero quiero pulir un poco más mi Jiu Jitsu. Sé que es donde mejor me manejo, pero en mi opinión no es lo tan bueno que yo quiero que sea. Soy una persona muy autocrítica y todo lo que hago mal lo quiero mejorar y en el piso he cometido varios errores”, reconoce.

A tan corta edad manejar un arte marcial como lo hace y tener tanta experiencia en el octágono lo colocará, indefectiblemente, en la cima del ranking de los pesos welter algún día. Pero prefiere ir paso a paso sin desesperarse por objetivos que van a llegar con el paso de los años.

“Estoy muy feliz porque escucho las felicitaciones de la gente en todos lados, así como también sus deseos de verme campeón. Obviamente yo quiero tener el cinturón más que cualquiera y espero que algún día lo logre. Eso sí, aún me falta mucho para entrar en conversaciones importantes” declara de forma muy sensata.

En cuanto a la elección de un rival no esquiva la pregunta y pide directamente lo que todos desean. A pesar de saber que la oportunidad tardará en llegar, él pide lo que siempre soñó.

“Yo peleo contra quien sea, cuando sea y en donde sea. Pero el día que tenga la oportunidad de elegir a mi rival ese sería el que tenga el cinturón en ese momento. Hoy sería Georges St. Pierre, estaría muy bueno medir fuerzas con él para ver donde estoy parado”, afirma.

Hazelett, también se hace un tiempo y deja algunos conceptos para los fanáticos del deporte. “Me encantaría decirles gracias a todos aquellos que siguen y que apoyan a las artes marciales mixtas. Es muy importante para nosotros saber que siempre hay mucha gente mirando y festejando las victorias de sus peleadores favoritos”, finaliza.

Sin lugar a dudas un peleador cuyo futuro es, ni más ni menos, que el cinturón de campeón de UFC. Si bien falta que mucha agua pase por debajo del puente, las aptitudes de Dustin a la hora de encarar un combate demuestran que tiene futuro.

El talento que posee es innato, pero sus genes también ayudan. La estatura y el alcance que tiene no son normales para un peso welter. Es por eso que, si ajusta un par de movimientos de pie, será una amenaza para todos aquellos que lo tengan frente a frente, porque en el piso ya demostró que no tiene ningún problema, a excepción de los que sólo nota él.

Sólo queda esperar a ver como evoluciona. Si sigue mejorando como lo viene haciendo pelea tras pelea, Georges St. Pierre deberá asustarse. Hay un campeón en formación y tiene nombre y apellido. Se llama Dustin Hazelett.