Phillips Arena en Atlanta, Georgia recibe a dos de los peso wélter más explosivos cuando el campeón Robbie Lawler defienda su título ante Tyron Woodley en la pelea estelar de UFC 201 el 30 de julio de 2016.
Robbie Lawler (27-10, 1NC) y Tyron Woodley (15-3) son dos peleadores físicamente imponentes, aunque con naturalezas distintas. Lawler es un peleador más resistente que encuentra su ritmo conforme pasan los rounds, y Woodley es un velocista que explota con arranques fuertes. Lawler es el campeón indiscutido y mantiene el cetro como el favorito, mientras Woodley intentará desbalancearlo en su llegada a la pelea estelar de UFC 201.
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Robbie Lawler es un loco. No sé si se vale describir el campeón de peso wélter de UFC de esa manera, pero es imposible ver sus peleas y no describirlo así en algún momento. No es una locura mala, es una locura que impone y que lo ha llevado a establecerse en la cima de los pesos wélter. Lawler pelea como si todavía tuviera que demostrarse ante el público, sus oponentes y todo el mundo de MMA que de verdad merece estar ahí.
Ya hemos hablado de cómo Lawler debutó en el octágono en UFC 37 hace catorce años y aunque demostró ese talento nato y la mentalidad de un guerrero, quedó fuera de la empresa, regresando más de diez años después de ese debut. Su regreso no pudo haber sido más triunfante, consiguiendo el título y ya presume dos defensas del mismo.
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Pero Lawler sigue peleando como si no le creyeran que de verdad es el campeón. El sonido de los últimos diez segundos de los rounds y las peleas prenden un instinto agresivo en Lawler y se va con todo ante su contrincante, intercambiando, lanzando combinaciones, buscando el nocaut en todo momento. Justamente el nocaut ha sido algo que ha cargado Lawler en sus manos toda su carrera.
Tiene ese poder para terminar los combates con cualquier puño o patada, pero también ha entendido la técnica y estrategia que requieren para aprovecharlo. Ha madurado y se refleja en el manejo de sus peleas, su ritmo de combate y llega en un momento climático de su carrera, juntando todas sus habilidades físicas con una mentalidad pulida, entendiendo cómo explotar mejor sus puntos fuertes. Y la verdad es que hay pocos puntos débiles, pero Tyron Woodley será un reto distintos a los que ha tenido en sus últimas peleas.
Woodley es un fenómeno físico. Luce un cuerpo esculpido, musculoso y su accionar va acorde. El retador es explosivo, se mueve en ráfagas con rapidez, y aunque viene de una carrera de lucha, ya lleva muchos años puliendo su pelea de pie para el MMA, combina muy bien y sus nocauts hablan por sí mismo.
Sobre todo serán los primeros dos rounds en los que Woodley podrá establecer su pelea. Es un competidor que por la misma corporalidad musculosa va disminuyendo conforme pasan los rounds, pero si logra imponerse en un inicio podrá tener mejor oportunidad.
Es complicado visualizar a Lawler decaer mentalmente si Woodley lo trabaja con presión, con lucha, combinaciones, explosividad y fuerza desde un inicio. Pero es algo que tendrá que intentar Woodley, robarse los primeros rounds y con ello, afectar la mentalidad del campeón. Es una tarea muy complicada, pero sin duda no posible.
Cuando se habla del campeón reinante y el retador lógico de su título, es difícil de hablar de puntos débiles. Tanto Lawler como Woodley son dos peleadores experimentados con muchas herramientas trabajadas. Podemos decir que el hecho de que Lawler es más duradero y va tomando mejor ritmo conforme pasan los rounds, y que Woodley carga con un ritmo de pelea opuesto, siendo explosivo e imponente al inicio y va decayendo conforme trascurre la pelea, podría beneficiar al campeón.
El cierre es importante en cada round y toda pelea y Lawler es un maestro en esto. Es el profesor enloquecido que abruma mental y físicamente a sus oponentes. Si Lawler logra resistir esos primeros rounds de Woodley, algo muy probable debido a su experiencia y habilidad de manejar el octágono, encontrará todas las probabilidades a su favor para mantener su cinturón.