Aunque tiene condiciones impresionantes, hasta el momento Ovince aún hace su camino como un contendiente al título semicompleto de UFC.
Ubicado en la posición seis del rankig de los semicompletos en el UFC, Ovince Saint Preux no es el tipo que esté lleno de reflectores o al que todo mundo voltee a ver, a pesar de todo lo que puede ofrecer.
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Sus condiciones físicas son extraordinarias, jugó para los Voluntarios de Tennesse en la NCAA, mientras obtuvo su título en sociología, donde cultivó su cuerpo de manera metódica.Hijo de inmigrantes haitianos, St. Preux tuvo todas las carencias imaginables al vivir en un campo de cultivo en Immokalee, Florida, aunque nunca se dio cuenta de ello, según él mismo ha contado, porque sus padres supieron hacer la vida más llevadera junto a sus otros seis hermanos.
Luego de salir de la universidad, Ovince intentó cumplir con el sueño de jugar profesionalmente para la NFL, sin embargo, no llegó la oportunidad que esperaba y en su intento por mantenerse en forma encontró las Artes Marciales Mixtas, justo en un pequeño gimnasio llamado Knoxville Martial Arts Academy.
De inmediato se enamoró del deporte y en cuanto se dio la oportunidad empezó a pelear a nivel amateur hasta debutar en 2007. A partir de ahí todo ha sido un crecimiento constante para este gladiador.
Sin olvidar de dónde viene, Ovince jamás se ha apartado del equipo de trabajo con el que inició su aventura, al contrario, a veces es acompañado por otros peleadores durante sus campamentos, previo a sus pelas.
A UFC llegó en 2013 y desde entonces cuenta con un récord de seis triunfos y solo una derrota, todas esas victorias
han sido sin ir a la ruta larga, de hecho la única pelea en la que tropezó, contra Ryan Bader fue por decisión unánime.
St. Preux es sinónimo de espectáculo, de eso no hay duda, ha ganado con sendos nocauts a Cody Donovan y a Patrick Cummins, además de Mauricio Rua a quien aplastó en solo 34 segundos en Uberlandia, silenciando con categoría a los asistentes a la función.
Pero no todo es poder en sus puños, también ha demostrado que a ras de piso tiene con qué ser superior, en 2014, venció a Nikita Krylov con un Von Flue Choke, una de las sumisiones más vistosas y complicadas de ejecutar.
Fuera del octágono, Ovince ha demostrado que también está para las grandes ligas, pero por su forma de actuar con las personas que más lo necesitan, en su última pelea ante Patrick Cummins sacó a la venta una playera de edición limitada con la que recaudó 47 mil dólares con los que ayudó a construir una granja en Zanfay Lakay, Haití, la tierra de sus padres.
Además, con uno de sus bonos ayudó a pagar la hipoteca de sus padres para que vivan sin penurias económicas, hechos de los cuales no gusta mucho hablar, pero que merecen reconocimiento.
El próximo 8 de agosto ante Glover Teixeira, St. Preux tendrá su tercer evento estelar del UFC, éste con la particularidad que será en casa, ante la gente de Tennesse con la que tanto se siente identificado gracias a la educación que ahí recibió. Un pleito con el que buscará seguir escalando en los ránkings y, quizás, ahora sí, atraer más focos hacia él.