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¿Ronda Rousey ante su mayor reto?

El 22 de febrero se llevará a cabo el UFC 170 en el Mandalay Bay Events Center de Las Vegas con la pelea estelar entre la campeona de peso gallo, Ronda Rousey y la invicta retadora, Sara McMann. ¿Será éste el mayor reto en la carrera de Rousey?

De frente, la campeona de peso gallo del UFC ahora tiene a Sara McMann (7-0), que también presume un récord invicto en las artes marciales mixtas (MMA por sus siglas en inglés). Además de los impecables récords tanto de McMann como de Rousey, el cinturón de peso gallo femenil también estará en juego.

Ambas medallistas olímpicas - Rousey en judo y McMann en lucha –, las respectivas carreras de cada una han rozado con proximidad durante varios años. A sus 17 años, Rousey ganó el Campeonato Mundial Junior de Judo, y fue la yudoca más joven en los Juegos Olímpicos de Atenas. Durante esos mismos Juegos Olímpicos del 2004, McMann se convirtió en la primera estadounidense en recibir una medalla de plata en lucha olímpica. Casi diez años después, ambas atletas condecoradas se estarán enfrentando en el escenario más grande de MMA, el octágono del UFC.

Además de sus proyecciones de judo, Ronda Rousey (8-0) es ampliamente conocida por su refinada técnica en la aplicación de la barra de brazo, obteniendo victorias en todos sus embates profesionales vía esta sumisión – además de sus tres victorias a nivel amateur con la misma fórmula y dentro del primer minuto. La cosecha de éxitos de Rousey sigue en incremento, pasando su prueba más reciente en la revancha ante su rival Miesha Tate en el UFC 168, sometiendo a la retadora, aunque ahora en el tercer round.

Sin embargo, con tantos laureles dentro de una corta y explosiva carrera, es fácil olvidar que Rousey apenas cumplirá tres años como peleadora profesional de MMA; y aunque los logros han llegado a su carrera con velocidad, ha mostrado que no olvida la esencia de su éxito: la disciplina.

Este factor lo ha evidenciado Rousey en su búsqueda de seguir mejorando como peleadora. Su pelea de pie es un aspecto que sigue en desarrollo, pero ha logrado mezclar su personalidad agresiva sin perder el aspecto técnico, como lo mostró en su última pelea ante Miesha Tate, donde logró cerrar la distancia lanzando golpes limpios sin bajar la guardia y girando la cadera para mantener el cuerpo detrás de cada uno. El juego de clinch y los enganches que utiliza Rousey es característico por su efectividad que permite posicionarla para sus proyecciones y derribes, pero estos enganches también favorecen la agresión de Rousey; y con el dominio de los agarres, Rousey con frecuencia lanza codos, puños y rodillas desde estas posiciones. En términos generales, la fuerte presencia de la campeona se ha reflejado en su habilidad de controlar el centro del octágono, al igual que el ritmo de sus peleas, abrumando a sus oponentes y provocando los errores que está buscando para aplicar su sumisión preferida.

No obstante, cuando aún se desconocía la forma en la que reaccionaría ante situaciones desfavorables, Rousey mostró garra para resistir como lo hizo ante un duro intento de mataleón por parte de Liz Carmouche en su debut dentro del UFC en febrero del año pasado; y si en algún momento se cuestionó la manera en la que Rousey manejaría una pelea más allá del primer round, la campeona dio muestra de su preparación física en el UFC 168, al mantener su acelerado ritmo de pelea constantemente hasta finalizar a Tate en el tercer round.

McMann llegará al combate como retadora, pero su condecorada carrera en lucha y grappling podrían neutralizar los ataques con los que Rousey ha mostrado mayor efectividad, e incluso poner a la campeona en apuros en la pelea a ras de lona, obligando una pelea de pie. ¿Este reto será el mayor y más duró que obligará a Rousey demostrar su arsenal completo como peleadora de MMA?

Síganme en Twitter: @DjatmikoWaluyo