El pasado sábado vimos a un Nate Diaz quien estando abajo 5 a 1 en las apuestas al final del cierre en el MGM de Las Vegas, le dio a Conor McGregor su primera derrota en el Octágono, esto es lo importante para considerar ya pasados varios días.
“Creo que su Jiu Jitsu está sobrevalorado” dijo McGregor sobre Nate Diaz, e incluso dijo que le gustaría dominarlo. “Si sigue consciente cuando toque la lona, aplastaré sus caderas, pasaré su guardia, lo montaré y con ground & pound o alguna estrangulación lo venceré”, fueron las palabras completas de McGregor, quien podríamos decir, una vez más fue certero en sus pronósticos, aunque adversos, pues fue la forma exacta cómo Nate lo finalizó.
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Entendamos algo, es poco probable que Conor dijera esto con plena confianza en sus palabras, muy distinto cuando menciona que con su poderosa izquierda va a noquear a alguien. Conor seguramente confiaba es que tendría a Diaz dominado y casi acabado en el juego de pie, su mejor arma.
Las cosas sabemos, fueron diferentes. Nate se encontraba en buena forma física, quizá la mayor incógnita previa a esta pelea, y como sabemos es Nate, nunca bajó el ritmo. Conor definitivamente arrastró mucho peso, su preparación no fue correcta, esto aunado a su exceso de confianza lo pagó caro.
Ambos fueron humildes al final, solo que ambos siguen y seguirán siendo Conor McGregor y Nate Diaz. Ambos tienen mucho que aprender de esto. Nate ya tuvo antes una derrota por TKO ante Josh Thomson por un exceso de golpes al rostro, que no debería permitir nuevamente aunque su estilo así lo permita. Conor sabe que no puede subestimar a nadie, y que sus cortes de peso son algo delicado a tratar con la mayor seriedad (más si se atreve a subir a peso welter una vez más).
Nate al final dio las gracias a McGregor por tomar la pelea también con poco tiempo, igual hizo Conor, diciendo que agradecía a Diaz por tomar la pelea, lo respetaba, lo afrontaría como un hombre, como un campeón, y lo usaría. Sin duda así será. Veremos más de ambos, Diaz en esas peleas espectaculares, y Conor defendiendo su cinturón. ¿Qué fue lo bueno para Nate y lo malo para Conor en esta pelea? Veámoslo.
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McGregor en los primeros segundos de la pelea buscó noquearlo, con dos poderosas izquierdas que llevaban todo su poder y una patada giratoria. Nate las vio venir y con su longitud pudo esquivarlas. Este fue el rival más alto que Conor enfrentó hasta ahora en el Octágono, y ello fue evidente, la distancia nunca fue factor.
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Luego fueron al clinch, ni un minuto había pasado. Ambos trabajaron ahí. Al separarse, Nate tenía éxito con su excelente jab. Conor con su izquierda ajustó, y con mayor movilidad logró tocar a Nate, pero no con el poder deseado. Eran bombas las que lanzaba McGregor, mientras que Diaz mantenía ritmo más que otra cosa.
A mitad del round un uper de McGregor alcanzó a Diaz, no con poder, pero era el primer aviso, Conor vio una entrada ahí y decidió aprovecharla. Otro más le entró a Nate cuando quedaban dos minutos, durante ese cuarto minuto ambos fueron exitosos, quizá fue Conor quien más sacó provecho, pero empezó a denotar un inusual cansancio, pues su boca ya se abría, y de pronto la forma en sus golpes no venía con la técnica que nos tiene acostumbrados, ni tampoco su parado. Nate finalizaría el round derribando a McGregor, quien pese a de inmediato revertir la posición, poco pude hacer.
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Aunque el porcentaje de golpes significativos fue igual para ambos (37%, 28 de 74 para Conor y 23 de 62 para Nate), McGregor conectó más, igual en golpes totales. Así lo vieron los jueces quienes de forma unánime le dieron ese round en la tarjeta.
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Pero una cosa era ya evidente además de la altura y distancia de Nate, pelear zurdo contra zurdo tampoco favorecía a McGregor. El segundo round Conor gastó energía que luego probaría ser valiosa en un varias patadas giratorias, todas sin fortuna. Pasado un minuto, algo pasó que cambiaría el tono de la pelea, Conor conectó su izquierda, al cuerpo primero, a la cabeza después, un minuto más siendo efectivo, un recto, un par de upers, volados… Y ninguno impidió a Nate seguir con su estilo, seguir parado frente a Conor. Mentalmente influyó, lo cambió todo.
Vino una combinación de Nate. Las manos de Conor bajaban. El jab de Nate siguió siendo su mejor arma, encontrando casi siempre el rostro de Conor ya. Vino un uper más de McGregor, Nate no pudo esquivarlo completamente, pero el daño fue poco, Conor parece se dio cuenta que su situación no era la mejor. Mientras que Nate seguía con el mismo paso, y a mitad del round fue cuando nuevamente entró esa combinación de derecha izquierda de Diaz, fácil y certero, ayudado por la guardia nula ya de Conor. El daño fue evidente, y le repitió la dosis un par de veces más. McGregor ya no podía subir las manos.
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La esquina de Conor dejó de dar instrucciones a su peleador. De hecho la esquina de Nate se dirigió más a Conor, pues Jake Shields al tenerlos cerca le gritó: “What now? You’re done Conor, you’re done. You’re done son, you’re breaking Conor” (Estas acabado Conor, te estás quebrando).
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El final vino cuando Nate lo llevó a la reja con varias combinaciones, hasta meterle una rodilla al estómago de la cual Conor se quejó notoriamente, incluso Diaz comentó después escuchó esto, y fue para él una señal de que su presa estaba herida. Quedaban solo dos minutos cuando eso pasó, la arena estaba vuelta loca. En el clinch Nate sacaba lo mejor, al separarse Conor desesperado hizo su último intento, pero Diaz fue quien conectó los golpes más potentes, hasta que con poco más de un minuto McGregor fue por un derribo.
Su técnica fue terrible, Nate lo atrapó con guillotina, que muy probablemente por la sangre no pudo concretar, pero de inmediato y con extrema facilidad lo montó, algunos golpes bastaron para que McGregor girara dándole la espalda y luego culminara el “mataleón”. Rápidamente se rindió Conor.
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Esta pelea, sumamente entretenida, cierre perfecto para uno de los eventos más exitosos en la historia del UFC, debe ser tomada con la proporción adecuada. McGregor sigue siendo el campeón peso pluma, cinturón que dijo, quiere defender. Y sin duda es probable que lo veamos buscando el de peso ligero nuevamente como era el plan original. En esa división podría encontrarse con Nate de nuevo, quien ya antes buscó suerte en welter y no parece ser donde tiene su mejor desempeño.
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Finalmente vale la pena cerrar con los récords que impuso Nate Diaz, como el peleador con más sumisiones en la historia de la era moderna del UFC con nueve (Royce Gracie tiene 11), además de ser el peleador con más bonos a lo mejor de la noche en la historia del UFC, superando a nombres como Anderson Silva y Cowboy Cerrone; sin duda siempre espectacular.