Aparece Ovince St. Preux como el contendiente inesperado y enfrentará a Jon Jones por el título interino en UFC 197 en el MGM Grand Garden Arena de Las Vegas el 23 de abril de 2016.
La rivalidad en crescendo entre Daniel Cormier (17-1) y Jon Jones (21-1) tomaría forma con un nuevo capítulo en UFC 197, donde marcarían su segunda pelea, aunque en este caso sería Cormier el campeón y Jones el extraño retador que nunca perdió el título. Sin embargo, el deporte de MMA seguirá siendo como es en toda su naturaleza, y ésta incluye lesiones. Cormier canceló su defensa de título, y el vaivén de palabras y provocaciones entre él y Jones se mantuvo, cuando de la nada apareció el nombre de Ovince St. Preux como el sustituto.
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St. Preux (19-7), hijo de inmigrantes haitianos, siempre ha sido un gran atleta, y un gran atleta siempre está en forma. Tal vez es por eso que el peleador de 32 años sin problemas levantó la mano para aceptar el reto, además de que el reto implica una cadena de oportunidades de oro que le llegaron sin previo aviso. Tener la oportunidad de enfrentar a uno de los mejores peleadores que ha pisado el octágono en la historia de UFC es algo invaluable, y OSP, como también es conocido St. Preux, tiene poco qué perder y mucho por ganar ante Jon Jones.
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Entonces hablemos de Jon Jones por un momento. Podríamos señalar dos detalles en su carrera que no son del todo cierto. La primera es que tiene una derrota, y la segunda es que ya no es el campeón. Son ciertos porque son datos duros. En su cuarta pelea en UFC, cuando enfrentó a Matt Hamill en 2009, se descalificó a Jon Jones por utilizar codos descendentes a criterio del réferi. La realidad es que en sí, no perdió la pelea y lejos de esto, de hecho, iba bastante bien, dominando como siempre.
El otro dato es que Jon Jones ya no tiene en posesión el cinturón de UFC, ya no es campeón – un prestigioso adjetivo que ahora presume su rival Daniel Cormier – pero la realidad es que Jon Jones jamás perdió el título. Fueron circunstancias fuera del octágono que lo llevó a una suspensión y el despojamiento de su título pero jamás lo perdió en un combate oficial. Lo que sí podemos contabilizar son su impresionantes victorias sobre los nombres más complicados que ha ofrecido la división en su momento. Mauricio “Shogun” Rua, Quinton “Rampage” Jackson, Rashad Evans, Lyoto Machida y Vitor Belfort todos han sido campeones de UFC y todos han sido víctimas de la proeza de Jon Jones en el octágono. Otros nombres incluyen Chael, Sonnen, Alexander Gustafsson, Glover Teixeira y por supuesto, el campeón actual, Daniel Cormier.
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Es verdaderamente impresionante revisar la línea curricular de Jon Jones, el dominio que ha demostrado, y pensar que después de más de un año de su última pelea, apenas tiene 28 años de edad. Críticos de Jon Jones han señalado su incapacidad de mantener el orden fuera del octágono, a pesar de sus capacidades atléticas, y la verdad es que tienen algo de razón.
OSP es un ex jugador de futbol americano universitario que físicamente puede competir con Jones, igualarlo en ciertos aspectos e incluso superarlo en otros. Tiene una altura parecida a sus 1.91 metros, y un alcance también casi igual de 2.03 metros. La última vez que alguien igualaba de cierta manera las características físicas de Jones ante Gustafsson, la pelea terminó en una auténtica guerra en la que Jones se encontró más golpeado que nunca. Pero aunque OSP ya tiene 27 peleas profesionales, incluyendo sus últimas nueve en UFC, su cartera de experiencia es mucho menor.
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Ciertamente tiene un récord ganador, con un 7-2 en UFC, las dos derrotas siendo ante Ryan Bader y Glover Teixeira, pero presumiendo victorias Mauricio Rua, Patrick Cummins y Rafael Calvacante. El poder en las manos de OSP y su habilidad de utilizar su fuerza y explosividad en los movimientos contrastan un poco la fluidez de Jones. Pero mientras OSP logra esa explosividad, carece en el dominio técnico como lo es Jones, quien cada vez aparece más centrado en lo mental y con mayor entendimiento de sus capacidades físicas y técnicas sobre sus oponentes.
No hay nada por perder para OSP, quien aparece como un inesperado rival de Jones y con una inesperada oportunidad de convertirse en el campeón interino. Jones, sin embargo, viene de mucha crítica por las circunstancias que lo han rodeado fuera del octágono y tiene presión por demostrar que sigue siendo el genio que es como peleador después de su extendida ausencia. Jones nunca perdió su cinturón, y deberá convertirse en el campeón interino. Así va dictado en el papel de las estadísticas y las expectativas. OSP, no obstante, tiene mucho qué decir en ese papel, tiene un poderío peligroso para cualquiera y una lucha fuerte, además de entender como explotar sus capacidades físicas dentro del octágono.
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Será un reto interesante para Jones en todos los sentidos, y marca su esperado regreso. La victoria, para quien sea que termine siendo, llevará al peleador a una pelea por título ante Cormier, quien más que nadie quiere enfrentar a Jones. Cormier tendrá que esperar, Jones tendrá que lucirse para mantener su legado en marcha, y OSP tendrá la oportunidad de oro que jamás pensó llegaría de esta manera.