Johny quiere sumar un nuevo éxito para tener una chance por el cinturón welter que alguna vez tuvo en su poder mientras que Tyron necesita derrotar a un rival de este calibre para conseguir una oportunidad de título. Además, una vieja herida que ya lleva diez años sin sanar.
Seguramente era una de las peleas más esperadas en la emocionante categoría welter y finalmente se hará realidad el 3 de octubre en Houston, en lo que será UFC 192. De un lado el ex campeón Johny Hendricks (17-3-0) y del otro el aspirante Tyron Woodley (15-3-0), quien a costa de sus últimos buenos rendimientos venía pidiendo una oportunidad contra el inmediato perseguidor dentro del ránking que lidera el monarca Robbie Lawler.
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Para Hendricks será un plato ideal para demostrar que merece una chance para recuperar su cinturón. Luego de su derrota con Lawler se determinó que por el momento no habría una tercera contienda entre ambos y le tocó enfrentar a Matt Brown, a quien superó con facilidad en una cómoda decisión unánime. Con Rory Macdonald afuera de la lista por su reciente caída ante el campeón, Johny se las verá contra el top 3 de la categoría, lo que le permitirá validar credenciales ante un rival de peso. Una buena victoria acá le pondría una presión enorme a Dana White para darle una chance de título.
El caso de Woodley es algo más particular. Su rabia con Hendricks se traslada más allá de UFC y data de diez años atrás. En 2005 se cruzaron en una final de un campeonato de lucha que terminó con victoria para “Bigg Rigg” y una polémica cuando éste metió los dedos en la boca de Tyron y paradójicamente fue “The Chosen One” quien terminó sancionado por una supuesta mordedura. “Desde ese momento que estoy esperando para golpearlo”, aseguró el número 3 del ránking, quien por fin tendrá la oportunidad de saldar su cuenta pendiente. Además, su reciente victoria ante Kelvin Gastelum en decisión dividida dejó algunas dudas, por lo que necesitará salir a demostrar que su poder de nocaut también es capaz de ser utilizado ante los mejores de los 77 kilos.
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Que mejor que dos verdaderos expertos en lucha, con manos sumamente pesadas y una sed de revancha que lleva diez años cultivándose. No hay dudas que Hendricks viene demostrando que junto a Lawler están un paso arriba del resto, pero Woodley construyó una carrera inmensa en Strikeforce y pisó fuerte desde su llegada a UFC. Con la experiencia necesaria, puede llegar a ser la piedra en el zapato de un “Bigg Rigg” que seguramente se debe creer inmortal luego de no darle opciones a Brown.
Robbie Lawler deberá prestar especial atención a esta contienda porque, luego de su victoria ante Macdonald, seguramente su próximo rival saldrá de este duelo. Hendricks sueña con recuperar lo que alguna vez fue suyo y Woodley con esa preciada chance de pelear por el cinturón. ¿Quién logrará su objetivo?